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Testimonio sobre el ataque de Lorencillo contra Campeche en 1685

Laurens de Graaf en su juventud.
Retrato al óleo.

El día de hoy transcribimos el testimonio de uno de los capitanes que hizo frente a la invasión de Laurent de Graft y Agramont contra el puerto de Campeche en 1685. La más grande las invasiones que padeció aquella villa durante el período colonial.



La ortografía del documento original se respetó, por lo que hay que ser cuidadoso al leerla.












Declaracion del capitán Julio Ramos Sarmiento=

En la villa y puerto de san Francisco de Campeche en treinta días del mes de septiembre de mil seiscientos y ochenta y cinco años el señor maestre de campo don Zipriano Antonio de Salas y Camara encomendero de indios por su Magestad Alcalde hordinario y de la santa hermandad de primero voto de la ciduad de Merida, y juez privativo desta causa para dar principio con ella en cumplimiento del auto de arriba hizo llamar y parezer ante si a Julio Ramoz Sarmiento Capitan de infantería española de una de las compañías  de la guardia y custodia desta dicha villa


regidor perpetuo de ella por su Magestad de quien por ante mi el escribano mayor de gobernación y guerra destas provincias fue recibido juramento que lo hizo en toda forma de [derecho] y prometio de decir verdad a lo que le fuere preguntado, y siéndolo por el thenor del auto, que esta por cabeza deste proceso= dijo que el viernes seis de julio passado deste presente año serian como a las dos de la tarde quanto estuvieron media legua deste puerto acordonados las embaraciones del enemigo en frente del paraje que llaman el beque de la armada según supo después  de los cavos Agramon y Lorenzo, cuyo cordon fue de sus embarcaciones pequeñas compuestas de veinte y dos piraguas, cinco balandras, y un barco luengo (que las grandes quedaron fuera) y a las tres y media de la tarde de dicho dia llegó el teniente de capitán general don Phelipe de Barreda Villegas al quartel en que estaba la compañía deste declarante, y le ordeno marchase luego con su compañía por la playa a la desilada, que se componía de ochenta y nueve hombres, y assi lo executo, y aviendo llegado a pazar el castillo de San Roman donde hallo al dicho teniente y le pregunto que orden abia de observar a que


le respondio marchasse por dicha playa ocupando en la campaña el puesto, que quisiera atendiendo a ver el paraje en que estaban alojados los capitanes Antonio Fernández y el de los pardos Xtobal de rabanales con sus compañías y executandolo como se le ordeno llego donde estaban y por ocupar lugar adelantado y parezerle mas conveniente el del dicho Beque hizo alto en el serian las cinco de la tarde, poco mas o menos, y luego llamo los reformados de su compañía con quienes consulto lo que debía hazer para el mejor asierto por ser el paraje donde conosidamente le paresio echaría su gente el enemigo por estar en frente y pegado a el, y se resolvió el que luego al punto se desmontasen quatro parajes con las retiradas de unos a otros para darse la mano como lo hizieron dividiendo en quatro partes o trozos la dicha compañía encargando los tres de ellos a los capitanes Julio enrriquez, Antonio de la Cruz y Francisco de Aguilar, y quedando con su bandera y el resto este declarante= y a cosa de las ocho y media de la noche llego al dicho paraje el ayudante Joseph de Ochandiano y le llebo a este declarante orden de dicho teniente de Capitan general para que se retirasse con su compañía al quartel que tenia en esta dicha Villa, y


aviendolo oído y dado orden para que todos se retirazen y executar lo que se le ordenaba se levanto entre la gente una voz disiendo no querían retirarze porque era perder el lugar y este declarante delante de ellos y solicitando sosegarlo volvió a preguntar al dicho ayudante Ochandiano que orden era la que le llevaba y abiendola vuelto a referir les dijo que el no podía faltar a la ejecución del orden de su superior, y les mando les siguieren y se puso en marcha dejando en el Castillo de San Roman quatro hombres y un cabo, que fue la orden que asimismo le dio dicho ayudante, y a cosa de las diez y media de la noche llego a su quartel en observancia de dicha orden, y luego al punto se le ordeno por dicho teniente guarnesiesse las trincheras que miran desde la plaza a los dos puentes y la otra de la calle del capitán juan gutierrez de cosgaya todas con treinta hombres quedando el resto de su compañía en el dicho  quartel, amanecio el dia siguiente siendo siete de julio, se rompió el nombre, se abrió el castillo y alguna de la gente deste declarante se fueron a sus casas y de allí un rato llego orden de dicho teniente para que nadie faltasse del quartel= salio el sargento en busca della y


algunos alcanzo inmediatos y los volbio, que las embarcaciones pequeñas acordonadas se hicieron a la vela para fuera, y a breve rato volvieron de golpe a tierra al mismo paraje del Beque donde este declarante avia ocupado puesto la noche antes; y en el mismo paraje echo el enemigo la gente, acosa de las siete y media de la mañana, y dicho declarante marchasse luego con su compañía para San Roman, siguiendo la marcha del capitán Antonio Fernández y abiendo llegado mas alla del castillo de san Roman hallo al dicho teniente a caballo quien fue por delante del a la campaña y abiendo andado cosa de seis quadras se le ordeno por dicho teniente entrasse a ocupar puesto de emboscada en el monte siguiendo al dicho Capitan Antonio fernandes por venir el dicho enemigo marchando ya con ocho banderas franzezas enarboladas y a su parecer numero de setecientos a ochocientos hombres= y este declarante fue con su compañía a ocupar dicho puesto y abiendo llegado donde estaba dicho capitán Antonio fernandez, que estaba con su Alferez y el capitán de los pardos, llego a tiro de escopeta el enemigo, y a la primera carga reconocieron los tres capitanes y el Alferes Joseph Gonzalez de Araujo a ber en la emboscada de las tres compañías numero de veinte y tres hombres con los


quales se le dieron como llaman a quemaRopa quatro cargas al enemigo, y como este desde que empezó a marchar venia con su grueso misesantemente dando repetidas cargas y viendo que ya iban propazandoles fue forzozo retirarse con alguna [asi le] razion para ocupar el puesto del reduto de San Roman, y antes de llegar a el este declarante encontró con el dicho teniente a quen le dijo que ya veía con quanta gente abian quedado los tres capitanes y que no obstante le ordenase lo que debía hazer, que allí estaba para ajecutarlo, y dicho teniente se retiro con ellos a la plazuela de san Roman inmediato  a la trinchera a donde subio el Capitan Antonio fernandez y dijo que allí se le podía hazer alguna oposission al enemigo, con numero de asta quarenta hombres que allí se juntaron a cuya sazon se lebanto una voz diciendo miren señores que estamos cortado, porque el enemigo viene por aquí en frente a pasado ya por las espaldas y entonces dicho teniente les ordenó se fuesen retirando a las bocas calles de Don Julio de solis o a Santa Ana, y que en el barrio de Santa Ana tenia ordenado el teniente fuese la retirada general caso de perderse el lugar= y que abiendo empezado a retirarse de San Roman y llegado a la quadra de Doña Maria de Ugar-


se te volo la fragata de su Magestad del cargo del capitán Don Julio Soliz y aunque este declarante solicito hacer diferentes emboscadas y combocadas para ellas numero de mas de sesenta hombres luego que se oyian las cajas y trompetas del enemigo se quedaba con los capitanes Julio enrriquez= francisco de Auilar= Martin de Urzua y el Alferez Joseph de ongay y otros dos o tres por las voces que derramaban de que nos venían cortando= y abiendo cojido un solar atrincherado de albarrada dobre y levantado dicha albarrada y tener mas de setenta hombres en dicho solar junto al Hospital= luego que atranco la puerta y se puso este declarante en su puesto con otra voz como las antecedentes se [violo] solo con quatro hombres que son los nominados= y disiendo que el enemigo abia ido a Santa Ana fueron a toda prieza y ocupo el puesto de la Yglesia, que hallo sola ynmediatamente llegaron el capitán Don Alonzo de Miranda, su Alferez Don Pedro de Arziniega, con veinte y seis soldados pagados de su compañía, y tras de ellos un portugués llamado Manuel Jorje a el qual le pregunto no se acuerda quien) como le fue a un con la pieza de su trinchera y respondiendo como me a de ir boto a Christo si todos somos unos gallinas, pues con ser el postrero que desamparo la trinchera yo, no vi de la


cara al enemigo siendo asi que la calle derecha se ven mas de siete quadras, ni tampoco la desamparara si no estuviera tan enfermo tullido y cojo= que si yo tubiera el puesto del señor Capitan Miranda (apuntándolo con el dedo) Boto a Xpto que primero que largara la trinchera (aunque no tubiera mas que quatro hombres) le abia de matar la mitad de su gente, sin riesgo de la mia mayormente teniendo dos piezas cargadas de saquillos de balas= y mientras se hablo en esta materia y en la de haber también desamparado su trinchera el Alferez de dicho capitán miranda Don Pedro de Arziniega dejando solo a Julio Camacho artillero, quien empleo muy bien su pieza, llego el dicho teniente y fueron llegando de retirada asta nuemro de ciento y quarenta hombres y entonces este declarante le dijo a dicho teniente que hacemos aquí que según lo que voy saviendo ban desamparando todas las trincheras bamos a ellas, a que respondió dicho teniente vamos; y abiendo llegado al hospital y empezado a contar la gente que abian de ir a las trincheras, vino un soldado de caballo llamado Lucas flores, y dijo a dicho teniente como abia dado con un trozo grande de enemigos en la esquina de Bayona, y entonces dicho teniente cara a cara marcho con la dicha gente


y abiendo dado con el enemigo distante una quadra cabal el dicho teniente dejo todo a quel trozo de gente con este declarante, y abiendo roto la guerra un soldado de a caballo llamado Francisco de Heredia se empezaron a dar cargas, y a la primera se hallo este declarante con solo diez hombres; y a la segunda se hallo con solo nueve ocn este declarante y desde las dies del dia hasta mas de las doze y media tuvieron de convate, que por irle cortando por las espaldas y tener otro trozo de enemigos por el otro costado, le fue forzozo retirarse a toda prieza, como lo hizo al dicho paraje de Santa Ana; abiendole acompañado a todo lo referido los capitanes Julio enrriquez francisco de Aguilar, y el Alferez Joseph de ongay, Julio de herrera soldado que murió de un balazo y otros quatro soldados que no conocio por sus nombres: y dicho francisco de Heredia; y en dicho Santa Ana hallo el dicho teniente de capitán General y a los Capitanes Don Alonzo de Miranda y Antonio fernandez y asta treinta hombres= y el dicho dia savado en la noche como a la una ordeno el dicho teniente a un cavo de esquadra llamado fulano de Tobar fuesse al castillo por la parte de la marina, y le pidiesse al sargento mayor Don Gonzalo Borrallo a cuyo cargo estaba seiscientas balas para amunicionar


de ellas a los que estaban faltos; y abiendo vuelto al amanecer dijo al teniente no aber podido llegar al castillo por aber sido sentido de las sentinelas del enemigo y no obstante el Domingo, ocho a las dies del dia después de haber tenido ora, y media de conbate con el enemigo en la esquina de Joseph Roman acompañando a este declarante el capitán Antonio fernandez quien antes y siempre cumplio con sus honrradas obligaciones y las de su puesto peleando como bien soldado y solicitando ocasiones por vocas calles albarradas y otras partes fueron a solicitar el sacar dichas balas de orden de dicho teniente: y abiendose juntado para esto hasta diez y ocho hombres, y echo cuerpo de Defensa de la mejorada hasta el castillo fue el dicho cavo de esquadra fulano thovar al dicho castillo y saco las dichas balas y aviendo sudo sentido a la vuelta le tiro el enemigo algunos tiros, como también estuvieron arrespados todos menos el referifo, por que ya este declarante lo había despachado con las balas y viéndose los restantes perdidos y cortados por todas partes les dio la buena suerte una cueva muy profunda en que se metieron y libraron del peligro= y que dicho domingo en la noche (habiendo como a las seis de la tarde ocupado el enemigo con grande estruendo de trompetas


y chirimías el hospital o parte inmediata a el) y hallándose el teniente en el dicho pueblo de Santa Ana con solos veinte y un hombres y entre ellos doze con armas y nuebe sin ellas, por que las abian echado por ay, hizo junta el dicho teniente, llamando para ella a este declarante e al capitán Don Alonzo de Miranda, y a su alférez Don Pedro de Arziniega, y al capitán Don Julio de Soliz y salio acordado el retirarse de allí a otra parte del barrio atento a que no abia de hacérsele alguna oposición al enemigo con doze hombres solos, y dio por orden el dicho theneinte, que si acazo viniese el enemigo a Santa Ana se retirasen los que allí estaban al pueblo de Chiná, a donde les hallarían por que iba a solicitar unión de gente y armas= y abiendo llegado el enemigo al amanecer lunes con estrepito a la misma parte donde abian estado en Santa Ana los referidos y dado algunas cargas les fue forzozo (en cumplimiento de la orden que tenían) retirarse al pueblo de China donde hallaron al teniente disponiendo providencia de bastimentos, y dando repetidas ordenes para hacer unión de armas y con ellas oposizion al enemigo, para que no penetrasse la tierra= y a este declarante dio asi mismo orden para que fuesse desde el pueblo de Chiná a el de [Kulam] y juntasse la gente que pudiesse como lo hizo, y aviendo marchado el dicho teniente a tomar puesto en el pueblo de santa


lucia el meircoles onze de julio y ordenado bajasen todos a dicho pueblo de santa Lucía se puso este declarante en camino y poco antes de llegar a dicho Santa Lucía vido este declarante el Capitan Don Julio de Soliz y Alferez Joseph de ongay que la gente de santa Lucia vinia a toda carrera asia Kulam, diciendo ai viene el enemigo con trecientos hombres an derrotado al teniente quien va herido para Kastamay, conque le obligo a retirarse con dicho Capitan Don Julio de Soliz al dicho pueblo de Kulam a dar aviso a muchas mujeres y criaturas que estaban en el, y por ir enfermo el dicho Alferez Joseph de ongay se quedo en el camino= y abiendo el mismo dia tenido noticia ser falsa aquella voz se quedaron recogiendo algunos hombres de armas y con ellos vino el siguiente dia juebes= y la tarde abiendo amunizionado y dado carne y maíz a la compañía de los pardos desta villa con su capitán Rabanales el dicho teniente le dio orden al referido para que fuesse y cortasse la puentezuela del camino Real de Merida, y a coza de las cinco y media de la tarde vido que llego adonde estaba el dicho teniente el sargento del dicho capitán Rabanales, y le dijo que su capitán le hacia saber como toda su gente le abia desanparado sin que le quedasse hombre con que no podía executar el cortar la puente y entonces, embio orden al Alferez Don Pedro de Ar


ziniega que con diez hombres estaba en el akalche para que fuesse con su gente a cortar la dicha puente y abiendo venido el dicho alférez y dicho al theniente que su gente estaba fatigada y canzada le ordeno a este declarante fuesse a cortar la dicha puente llevando al dicho Alferez y su gente y la que estaba en el Real con dicho theniente y que si no bastasen llegasse al quartel del capitán francisco Velazco y capitán Luis de Almanza pardo y pidiesse necessaria para dicho efecto, y que assi mismo reconociesse si tenían ocupada la dicha puente sinquenta hombres de los del socorro y puesto sentinelas asi para el camino Real como desde dicha puente para la mar, y abiendo llegado a dichos quarteles los allo sin gente alguna como también abiendo llegado al dicho puente lo hallo solo y los caminos, y punta sin sentinelas, con que derribo y corto dicha puente con veinte y tres hombres, habiendo entre ellos el capitán Don Julio de Soliz el capitán Alonzo García: el Capitan Don Julio Carrillo, el Alferez Don Pedro de Arziniega, y sus diez infantes y el Ayudante Don Fausto Antonio Zizero: Thomas rebolledo, y el resto hasta los dichos veinte y tres hombres que no se acuerda de sus nombres; y acabado de cortarlo, llego donde estaba un hombre que no se acuerda como se llama soldado del castillo quien dio razón de que quedaba desamparado el sargento


Mayor Don Gonzalo Borrallo y toda se gente quedando solo en el el Alferez Don Antonio de Alcala y Alonzo Palomino condestable, con tres ingleses prisioneros, y abiendolo llebado donde estaba el theniente, y dadole rezon del desamparo, y este declarante razón de todo lo que si abia passado en cumplimiento de la orden que llebaba empezo a preguntar a dicho soldado los motibos del desamparo de dicha fuerza, respondio, que aquel dia juebes desde por la mañana abia empezado el enemigo a dar por cinco partes batería al castillo con piezas y que la gente del castillo se defendió, y peleo con mucho valor, y que a las cinco y media de la tarde empezó a remoberze motin entre la gente del castillo diciendo que si los vencia el enemigo los abia de Pazar a todos a cuchillo, y que con escalas de cuerda de arcabus se fueron despuez de las oraziones arrojando por la parte de la mar y después della el sargento mayor Don Gonzalo Borrallo, y que solo les abian muerto a un hombre y algunos heridos= y que preguntando el theniente por que causa no abian dado contrabatería con las piezas del castillo que caian a la plaza al enemigo respondio dicho soldado, que por temor y rezelo de que no se les cayesse el alojamiento alto con el estrepito de la artillería= y buelto a preguntar al soldado que fundamento tubo el sargento mayor para no esperar con los oficiales


y cavos dentro del dicho castillo y desde allí dando la noticia al dicho theniente para meterle socorro de gente respondio el dicho soldado que no sabia, con lo qual asi dicho soldado, como los demás que van referidos viendo la poca fuerza del Real de dicho theniente, y poniendo primero en salvo la polvora y municiones ordeno se retirazen al pueblo de Chiná y a este declarante se quedasse en su compañía con otros tres soldados, con los quales se retiro dicho theniente a la una de la noche al pueblo de Chiná= Preguntado por su merced si después sabe o a oydo decir quienes fueron los principales motores que cooperaron al desamparo de dicha fuerza, y si el sargento mayor Don Gonzalo Borrallo, como cabo principal y los demás cabos cumplieron con su obligazion, o faltaron a ella en embarazar el intento referido y si lo omitieron por que motibo, y causa, y dijo= que el viernes por la mañana treze de julio acabado de llegar este declarante de retirada con el theniente al pueblo de china, y antes de apearze llego a donde estaban el sargento mayor Don Gonzalo Borrallo, y tratando del desamparo del castillo, y echole cargo el theniente de haber salido del castillo sin aberle embiado a dar parte para que le diesse socorro de gente o lo que hubiere menester y preguntadole si acazo le abia faltado bastimentos y municiones respondio dicho


sargento mayor que bastantes bastimentos y municiones tenia para setenta días, y que la gente del castillo, se le abia amotinado sin que le quedasse de mas de siento y quarenta hombres con oficiales artilleros, y otra personas mas que veinte y ocho o treinta hombres con los cabos y oficiales= Y preguntando el dicho theniente al sargento mayor, que sino podía aber esperado en el castillo para salir con pactos, y capitulaciones, y que quienes abian sido los principales cavezas de dicho motín, respondió, que el no aber esperado a capitular fue porque eran piratas, y no le faltasen al cumplimiento de lo que pactassen y que en lo que toca a los principales motores y cavezas de dicho motin le nombro cinco de cuyos nombres no se acuerda este declarante mas que de un fulano minaya, lo qua loyo después a otras perzonas= Y que el dicho sargento mayor con especialidad alabo mucho al sargento de la compañía del capitán Don Xp de Gauna llamado Pedro Martínez Soriano, diciendo que abia castigado con mucho Rigor con el espada en mano a los que fueron motores acuchillándolos y que el tumulto le puso en los pechos a dicho sargento los mosquetes y arcabuzes con cuerda calada disiendole que sesasse en el castigo porque de lo contrario le costaría la vida y lo mismo a oído decir después a muchas personas= y que des-


pues con la desorden, que ubo e inobediencia desde sus principios, aunque asi con ordenes de dicho theniente, como con la solicitud deste declarante, se procuro hazer unión de armas y juntar toda la gente posible a delijencias deste declarante, y repetidas ordenes del theniente, solo se pudo conseguir el juntar en la estancia de nohakal quarenta y seis hombres los siete con armas, y treinta y nuebe sin ellas= Y en el pueblo de Tixmucuy los catorze con armas, y los diez y seis sin ellas a todos los quales dio por orden bajasen al pueblo de Chulul, porque el señor Governador venia con socorro de mucha gente de la Ciudad de Mérida= y que el sábado veinte y ocho de dicho mes de julio, abiendo salido este declarante con dicho theniente de la estancia de Nohakal con otras personas y entre todas cinco escopetas, en la medianía al pueblo de Cholul dieron con sesenta o setenta piratas a caballo y aprehendieron, y hizieron prizioneros a dicho theniente, y al capitán de la Artilleria Juan de Frías Salazar, y este declarante y los demás se escaparon y este dicho declarante se retiro al pueblo de Colonchen, y con ocazion de aber recibido mandamiento general del señor Governador para que todos fuessen al Real de Tenabo y teniendo noticia en el pueblo de hopelchen


abia alguna gente, fue a el y con veinte y ocho hombres, que junto en dicho pueblo marcho al Real de tenabo donde executo lo que su señoria ordeno a este declarante, hasta que el enemigo se fue y le mando bajasse a esta villa, la qual hallo toda arrazada, y quemada sus casas dep iedra, y guano y las de los Barrios y la plaza, y calles llenos de cuerpos degollados a sangre fria como tambien en casas y [pozos], y todo lleno de jediondez de caballos y mulas muertas, y montes en las muchas ocasiones, que salieron a los pueblos, estancias, ranchos retiros y milperias, asta siete leguas en contorno, abiendo hecho muchos prizioneros de todo genero y estado de personas llebando numero de españoles, mestizos, negros, mulatos, y yndios y yndias, asta numero de trescientos y sinquenta y entre ellos al dicho theniente y al capitan de la artilleria, y al capitan Don Gazpar fernandez Magaña depositario general desta villa, y que a oido decir a los prizioneros que dejo el enemigo en este puerto, que queirendo los piratas degollar a todos los prisioneros españoles les dijo el dicho theniente, que dejassen la execuzion de aquel rigor y lo llebassen a el, y a los dichos capitanes Juan de friz, y Don Gaspar fer-


nandes Magaña en rehenes de los prizioneros piratas que pedian, y estan en la ciudad de Merida, y que especialmente se acuerda se lo oyo decir a Alonzo Palomino artillero y que esto es lo que sabe, a visto y a orido decir que es la verdad so cargo del juramento que tiene dicho en que se afirmo y ratifico declaro ser de edad de treinta y un años las generales no le tocan, sino es solo por lo que toca al capitan Don Juan de Soliz que es su compadre, pero no por eso a dejado de decir verdad y lo firmo con su merced y con migo el escribano de Governacion y guerra fuele preguntado por su merced que noticia tiene de la perdida de la piragua de guerra del cargo del capitan Baltazar Navarro y la causa de ella, y dijo= que el juebes en la noche doce de julio a cosa de las oraciones estando este declarante con el dicho theniente en el pueblo de santa Lucia llego el dicho capitan Balthazar Navarro y le pregunto al theniente, que era lo que le ordenaba porque tenia la piragua en el pueblo de Lerma, y dicho theniente le respondio, sin saber lo que estaba sucediendo en el castillo que fuesse a el y llebasse agua y si le pidiesen algunos bastimentos, los diesse tambien de los que se le abian entregado para quarenta dias con que se fue dicho capitan Balthazar navarro, y despues supo, que quando llego



a la piragua hallo solos quatro hombres de sinquenta que tenia, por que los demas se abian amotinado y desamparado la piragua con que el dicho capitan Balthazar nabarro saco los bastimentos, pedreros, armas municioens, arboles, bergas, y velas, de la dicha piragua, y los escondio en el monte de lerma, y echo a pique la dicha piragua, y que despues el enemigo con la noticia que le dieron los yndios de Lerma, que cogio saco la dicha piragua y los bastimentos, armas, y peltrechos de ella de donde estaban y se los llebo, y que esto es lo que sabe, por publicidad. [Fecho ut supra y lo firmo con su merced y con dicho escrivano= Don Sipriano Antonio de Salaz y Camara= Juan Ramos Sarmiento= ante mi Francisco de Avila 

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