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Un día se hundirá la panga

En el artículo de hoy, le dedicamos unas líneas al que probablemente sea el más grave accidente marítimo del siglo XX en el estado de Campeche. El hundimiento de la panga que conectaba a la isla del Carmen con la tierra firme en el extremo de Isla Aguada.


Por Víctor Alfonso Medina Lugo

El 22 de agosto de 1980 se registró en Ciudad del Carmen, Campeche, una de las más grandes tragedias marítimas de su historia moderna, el hundimiento del transbordador “Campeche”, cuando realizaba su cotidiana ruta de conexión de la Isla del Carmen hacia tierra firme en Isla Aguada.

El hecho tuvo lugar durante la noche, cerca de las 23 horas, probablemente se debió al exceso de carga que los despachadores de la empresa transportista dieron a la embarcación, muy a pesar de las recomendaciones dadas por el capitán, quien al final no pudo hacer más que acatar órdenes.

Ciudad del Carmen es una población que despuntó a finales de la década de los 70s con el descubrimiento del pozo petrolero “Cantarell”, convirtiéndose en un importante centro de operaciones de PEMEX, mantenido una gran explotación del hidrocarburo en la Sonda de Campeche. Además, desde el punto de vista económico, es la ciudad más importante del estado de Campeche y el tercer municipio con mayor ingreso económico a nivel nacional. Todo lo anterior originó que la isla tuviera un elevado nivel de población “flotante” o de “paso” y una gran cantidad de tránsito.

Esta situación aumentó la necesidad de comunicación, que para entonces sólo se hacía por vía marítima. La demanda estuvo subsanada durante gran parte del siglo XX por la utilización de transbordadores llamadas “pangas”, que mantenían unidos a la isla del Carmen con el resto del continente.

Los transbordadores o “pangas” son un tipo de buque de casco metálico y cubierta alargada, impulsado por motores de diesel, diseñados para cargar pasajeros y vehículos de todo tipo. Se les considera parte del transporte público de las localidades costeras, isleñas y ribereñas, con un horario establecido para el tránsito, representando un coste mucho menor con respecto a la construcción de un puente.

El servicio local de estas embarcaciones era operado por la compañía de Caminos y Puentes Federales de Ingreso de S. C., para la cual trabajaba el capitán Julio César Quej Parra. El capitán en varias ocasiones reportó el mal estado y poco mantenimiento que la empresa daba a la embarcación, según mencionó su esposa en los periódicos de la época, tras la tragedia. 

El día 22 de agosto de 1980 llegó la panga a Puerto Real en Carmen, para retornar posteriormente hacia Isla Aguada. El capitán solicitó a los despachadores que no sobrecargaran el transbordador, sin embargo, hicieron caso omiso y subieron un autobús con 39 pasajeros, seis camiones de carga, una camioneta tipo combi, un auto safari y un auto valiant, haciendo un total de 10 vehículos y 120 personas.

La panga zarpó a las 9:30 p.m., en una noche lluviosa, y cuando faltaban aproximadamente media milla para llegar a isla Aguada, de un trayecto de 1.8 millas, cerca de las 10:20 p.m., la nave fue golpeada por una turbonada, ocasionando que se inclinara sobre su lado derecho, tirando vehículos al mar, la gente atemorizada intentó ponerse a salvo colocándose al lado izquierdo pero los bruscos movimientos de las olas hicieron que todos se cayeran. Se escuchaban gritos de auxilio y desesperación, y según cuentan los testigos, en menos de cinco minutos la panga había sido devorada por el mar.

La oscuridad de la noche, junto con la lluvia incesante, fue un factor que elevó la magnitud del desastre, pues hubo gente que se desorientó y no supo hacia donde se encontraba el lado más cercano de la playa, y terminaron nadando hacia la isla que distaba muchas más millas. Apenas arribaron a la arena los primeros náufragos, se corrió la voz de alarma y pronto los pescadores de Isla Aguada salieron al mar en sus pequeñas lanchas con la esperanza de encontrar más sobrevivientes, minutos después se sumaron al rescate elementos de la Armada de México.

Las labores de rescate se prolongaron durante un mes, pues se intentaba recuperar todos los cuerpos, además sacar del mar todos los vehículos y la panga, para determinar y deslindar responsabilidades. Cuando los buzos de la Armada y de PEMEX exploraron la cabina de mando, encontraron el cuerpo del capitán aferrado al timón, la gente dice que no quiso abandonar la embarcación al darse cuenta de lo que sucedía y prefirió seguir la antigua tradición de hundirse con su nave.

El desastre dio la vuelta a través de diarios, radio y televisión a nivel nacional, incluso el periódico español ABC dedicó un artículo al suceso en su edición del día 23 de agosto de aquel año, en la cual informa que el número de víctimas podría llegar a 50 y sólo 17 sobrevivientes, además señala como culpables a los encargados de seguridad que no hicieron caso a las recomendaciones del capitán de la nave. 

Al día de hoy, la panga “Campeche” continua sumergida en el fondo de la Laguna, como un recordatorio de la historia náutica del Estado, formando parte ya del patrimonio subacuático de la región y por lo tanto, imprescindible protegerlo y estudiarlo.

Bibliografía

ABC. (24 de Agosto de 1980). Unos cincuenta muertos al hundirse un transbordador. Recuperado el Abril de 2013, de ABC Hemeroteca: http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1980/08/24/042.htmlTRIBUNA. (23 de Agosto de 1980). ¡Se hundió anoche la panga! TRIBUNA, pág. 1.

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