(Publicado originalmente en El Expreso de Campeche)
La piratería es una práctica tan antigua, casi
como la misma navegación. Y sin duda, no hubo una época de mayor actividad que
los siglos XVII y XVIII en el mar Caribe, lugar en el que bajo el dominio de la
Monarquía Católica de España, los ingleses, franceses, holandeses y demás
nacionalidades excluidas de la repartición del mundo, emprendieron una serie de
ataques y saqueos buscando obtener parte del botín americano.
Uno de los puntos que más resintió la
presencia pirática y corsaria en el Golfo de México fue el puerto yucateco de
San Francisco de Campeche, fundado en 1540 y el cual tuvo que aguantar las
correrías de los bandidos del mar desde 1557. A lo largo de cerca de casi ciento
cincuenta años, los campechanos soportaron “amagos cuatro veces, asaltos y
saqueos en seis ocasiones, y la toma en dos momentos… padecieron asaltos, robos
y destrucción a manos del fuego provocado en no menos de 10 ocasiones” (Chán,
2003).
Entre el gran número de padecimientos, hubo
sin duda algunos que marcaron la vida de la villa, pasando a la historia e
incluso cambiando el devenir de la piratería misma. Tal es el caso del saqueo
de Campeche, una incursión de 1663 por piratas liderados por sir Christopher
Myngs y Edward Mansvelt, ataque que se convirtió en un modelo para posteriores
incursiones piratas costeras de la era de los bucaneros.
Contexto
Habiendo atacado exitosamente Santiago de
Cuba en el año de 1662, Myngs anunció que su siguiente objetivo sería la
fuertemente fortificada ciudad costera de Campeche, principal puerto de entrada
y salida para los productos de la gobernación de Yucatán. Ante tal propuesta, capitanes
piratas de todo el Caribe ofrecieron voluntariamente sus servicios, y Myngs
constituyó así la más grande flota pirata jamás vista, con 14 embarcaciones y cerca
de 1400 piratas. Cuatro barcos franceses
y tres barcos corsarios holandeses se unieron posteriormente a la flota
primaria inglesa, para sumar más de 20 buques. Encabezando la flota estaba el navío
insignia de Myngs, el HMS Centurion,
y junto a éste el más pequeño vice-insignia El
Griffin. La flota incluyó a los muy bien conocidos piratas Edward Mansvelt,
Henry Morgan y Abraham Blauvelt. Es muy probable que igual incluyera a otros
jóvenes marineros quienes más tarde capitanearan embarcaciones piratas propias
y replicaran así las tácticas de Myngs. Todos ellos dejaron Port Royal,
Jamaica, en enero, uniéndose otros navíos más pequeños a medida que se fueron,
pero perdieron contacto con El Griffin
en el transcurso del viaje.
Mapa de la bahía de Campeche en el siglo XVII. |
La incursión
A principios del mes siguiente, la flota
arribó a la Bahía de Campeche. El 8 de febrero por la noche, Myngs desembarcó
aproximadamente 1000 hombres a corta distancia de la ciudad. La mañana
siguiente, vigías españoles vieron la flota de pequeños barcos a la primera luz
del día y trataron de sonar la alarma, aunque sin sospechar en ningún momento que
la nave insignia de Myngs, de más de 40 cañones, estaba oculta fuera de vista.
De cualquier forma, la alarma vino muy tarde y los piratas atacaron
aproximadamente a las 8 de la mañana. En un primer momento, los piratas
lucharon contra la milicia de la ciudad, compuesta por cerca de 150 hombres,
quienes usaron el terreno elevado de los techos planos de las casas de piedra a
modo de ventaja. La lucha fue feroz y Myngs pronto fue herido. El capitán se
vio obligado a retirarse del combate y regresó a su barco dejando a Mansvelt a
cargo. Después de dos horas de largo combate, 50 defensores españoles así como 30
piratas ingleses, holandeses y franceses, estaban muertos. El único oficial
español sobreviviente, el regidor Antonio Maldonado de Aldana, acordó los
términos de rendición y los piratas saquearon la ciudad, tomando adicionalmente
14 buques del puerto cuando partieron, dos semanas más tarde, a cambio del buen
trato de los 170 españoles prisioneros. Los piratas saquearon aproximadamente
150,000 piezas de a ocho españolas. Debido a que el acuerdo fue directamente
con el sustituto de Myngs, Mansvelt, este asalto ha pasado a la historia como
“el ataque de Mansvelt”, principalmente dentro de la historiografía española.
Consecuencias
Los efectos de este ataque fueron de gran
magnitud. Para empezar, la derrota de las defensas de Campeche fue tan amplia y
la indignación posterior tan fuerte que el mismísimo rey Carlos II de
Inglaterra se vio obligado a prohibir nuevas incursiones similares. Esa
política se aplicó a todo lo largo del Caribe durante el resto del mandato del
gobernador de Jamaica, Thomas Modyford. Cuando el gobernador murió en 1679, este
tipo de incursiones fueron reemprendidas, incluyendo entre ellas el ataque a
Veracruz en 1683 y el ataque a Cartagena más tarde de ese mismo año, sin
olvidar el ataque a Campeche en 1685 por parte de Laurens de Graff. Todos estos
planes involucraron desembarcar una gran fuerza terrestre para atacar un
asentamiento fortificado que de otro modo hubiera sido capaz de defenderse
contra una incursión marítima.
Con respecto al almirante Christopher Myngs, él
regresó a Inglaterra al año siguiente, en 1664 a bordo del Centurión, para recuperarse de sus heridas.
Fuentes consultadas
Marley, David. Pirates of the Americas. Vol.
1. ABC-CLIO, 2010.
Chán, Román Piña, et al. Enciclopedia histórica de Campeche:
Época colonial. Vol. 2. Miguel Angel Porrúa, 2003.
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