¿Por qué los piratas atacaban Yucatán en verano?
Cuando pensamos en piratas en la Península de Yucatán, imaginamos ataques constantes y ciudades costeras siempre bajo amenaza. Sin embargo, un análisis más detallado de los registros históricos revela un patrón interesante: los piratas no estaban aquí todo el tiempo.
Si revisamos algunas de las incursiones más recordadas, podemos notar una coincidencia llamativa en las fechas:
- Parker – 21 de septiembre de 1597
- Diego el Mulato – 11 de agosto de 1633
- Myngs y Mansvelt – 9 de febrero de 1663
- Spurre y Neville – 10 de julio de 1678
- De Graaf y Agramont – 6 de julio de 1685
Excepto por una, todas ocurrieron en verano. ¿Casualidad? Para nada.
La razón principal es el clima. Entre noviembre y marzo, la península experimenta lo que en la época colonial se conocía como la "temporada de nortes". Estos son frentes fríos que cruzan el Golfo de México, generando fuertes vientos y oleaje peligroso. Para la navegación del siglo XVII, sin sistemas meteorológicos modernos, estos temporales eran un gran riesgo. De hecho, hay varios relatos de barcos piratas atrapados por los nortes y destruidos en el intento de mantenerse a flote.
By J. M. W. Turner - Web Gallery of Art: Image Info about artwork, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=18279484 |
Por eso, la temporada de ataques piratas coincidía con los meses de mejor clima. Durante el verano, los mares eran más previsibles, facilitando las incursiones y las retiradas rápidas. Así, los piratas elegían atacar cuando tenían las mejores condiciones para escapar.
La historia de la piratería en Yucatán no solo es un relato de batallas y saqueos, sino también un juego estratégico en el que el clima tenía un papel crucial.
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